La historia es repetitiva. Hay dos Ritas, y a veces hasta cinco. R.M. se doctoró en una acreditada universidad sureña. A mí, lo confieso, me desespera la academia. Prefiero mirar las estaciones. R.M. ha publicado algunas historias; y yo nunca escribiré una línea. Ella sólo cree en las destruciones. En cambio, yo de todas mis muertes guardo alguna esperanza. Ambas seguimos trabajando. Ninguna de las dos sabe si duerme o vigila.
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